El pasado viernes veintiuno de septiembre se inauguraron las fiestas
patronales de El Mirador (San Javier) en honor a su patrona, la Virgen del
Rosario. Y allí, como no podía ser menos, estuvo presente Batucada Jambuka
aportando música, bailes, ritmo y colorido. Junto con nosotros, estuvo una de
las batucadas con más reconocimiento a nivel nacional: el Pressinto
(Crevillente).
La noche comenzó muy bien. La recepción por parte de la
Comisión de Fiestas fue afable, ya que una vez reunidas las dos batucadas a las
afueras de la pedanía, la comitiva nos invitó a cenar para coger fuerzas de
cara al extenso pasacalles que teníamos que realizar a posteriori (detalles así
se agradecen). Allí pudimos intercambiar impresiones con los miembros de
Pressinto para poder aprender tanto ellos de nosotros como nosotros de ellos.
Llegaba la hora clave: las 23:00. La hora a la que estaban
citadas todas las peñas y vecinos particulares en la Plaza de la Iglesia de El
Mirador. Cientos de curiosos se congregaron en dicho lugar, expectantes, ante la
situación de incredulidad general. Nadie sabía nada: ni el por qué de la
citación, ni el motivo. Era una sorpresa que tenía preparada la Comisión de
Fiestas. Y qué sorpresa. Las dos batucadas, una primero y la otra después (y
por lados opuestos), llegamos a dicho lugar creando la algarabía general. El
resultado fue asombroso y espectacular.
Allí recogimos a los entusiasmados asistentes y, sin que
cesara la música, los condujimos a una gran plaza, donde estaba situada una
inmensa carpa para acoger a los miles de vecinos de El Mirador. Una vez allí,
la concejala de Festejos y pregonera de las fiestas, Gloria Cuenca, leyó el
pregón inaugurando las fiestas con el disparo de “El Pimientazo”. Nada más
terminar el discurso, las dos batucadas, juntas, hicimos sonar nuestros
instrumentos. El sonido fue atronador. Casi cuarenta percusionistas hicieron
las delicias de los presentes.
Tras haber actuado conjuntamente, cada agrupación musical
tomó un camino distinto con el objetivo de recorrer cada una de las peñas
festeras. En lo que a nosotros respecta, pasamos por unas once peñas. La
recepción en cada una de ellas fue cercana y acogedora. Todas ellas se
involucraron con nosotros activamente, bailando al son de Batucada Jambuka,
mostrándonos su aprobación e interés y ofreciéndonos todo tipo de refrigerio y
bebida.